Pastor Belga Tervueren
Historia
Hubo un tiempo en que el afijo El León Dorado pertenecía a otra persona, alguien que lo cuidó y lo hizo brillar durante años con dedicación y pasión por la crianza. Ese nombre cargado de fuerza y nobleza fue dejando huella en cada camada, en cada historia que se escribió bajo él.
Hoy, ese afijo es mío, y con orgullo sigo formando parte de su historia. No llegó para sustituir nada, sino para unirse al camino que ya recorría junto a LACANIN DE AS, el afijo que es de mi madre y que siempre ha sido mi raíz. De algún modo, ambos se han entrelazado en mí: el legado de El León Dorado y el cariño y la tradición de LACANIN DE AS.
Es como si dos historias distintas hubieran encontrado un punto de unión, creando algo nuevo sin borrar lo que ya existía. Y en ese equilibrio, sigo adelante, honrando lo que cada nombre significa y construyendo un futuro que lleva consigo la fuerza de ambos.
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